jueves, 13 de octubre de 2011

Tres metros sobre el cielo 1#

El mercedes 2oo acelera hacia delante dejando que se desvanezca la sonrisa descarada de él. El padre se vuelve hacia ella.
-¿Quién era ese?¿Un amigo tuyo?
-No, papá, sólo un imbécil...
Algunos segundos después, la Honda se acerca de nuevo.
Él se agarra con la mano izquierda a la ventanilla y con la derecha da un poco de gas, procurando no hacer demasiado esfuerzo, a pesar de que con aquel cuarenta de brazo no debería suponerle un gran problema.
El único que parece tener alguno es el padre.
-Pero ¿quién es ese inconsciente? ¿Por qué se acerca tanto?
-Tranquilo, papá, yo me encargo..
Se vuelve decidida hacia él
-Oye, ¿no tienes nada mejor que hacer?
-No
-En ese caso, búscatelo
-He encontrado ya algo que me gusta
-¿Se puede saber qué es?
-Ir a dar una vuelta contgo. Venga, te llevo a la Olímpica, iremos a todo gas con la moto, luego te invito a comer y te devuelvo justo a la salida del colegio. Te lo juro.
-Me parece que tus juramentos deben de valer bien poco.
-Eso es verdad-sonríe-, ves, ya sabes muchas cosas de mí, di la verdad, te gusto ¿eh?
Ella se rie y sacude la cabeza
-Bueno, ahora basta - y abre un libro que saca de su bolsa Nike de piel-, tengo que pensar en mi verdadero y único problema.
-¿cuál es?
-La interrogación de latín
-Creía que era el sexo
Ella se da la vuelta, enojada. Esta vez ya no sonríe, ni siquiera para bromear.
-Quita la mano de la ventanilla.
-¿y donde quieres que la ponga?
Ella aprieta un botón
-No puedo decirtelo, mi padre está aquí.
La ventanilla eléctrica empieza a subir. Él espera hasta el final, antes de retirar la mano.
-Nos vemos.
No le da tiempo a oír su seco "no". Se ladea ligeramente hacia la derecha, emboca la curva, reduce la marcha y adquiere potencia desapareciendo veloz entre los coches. El mercedes continúa su recorrido, ahora más tranquilo hacia el colegio.

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